En el post anterior os hablábamos de los cobertores opacos de piscinas. En esta ocasión, toca tratar el segundo tipo más común: los filtrantes. Con esta modalidad de cobertores solucionamos uno de los mayores problemas de éstos, que no es otro que la evacuación del agua acumulada en su superficie, en especial en zonas en las que la lluvia aparece con mucha frecuencia o en las que nieva abundantemente.
Un cobertor filtrante dispone de una red interior que evita la acumulación de agua en la superficie, eliminando de esta manera un potencial riesgo de rotura debido a la presión. Además, también evita que el aire que entre entre el cobertor y el bordillo no se quede almacenado, evitando de esta manera el “efecto balsa”. Además, suelen ser más ligeros que los cobertores opacos, por lo que su instalación es más sencilla y su manejabilidad mucho mayor.
Entre los inconvenientes encontramos que los rayos solares pueden traspasar su superficie y llegar al agua de la piscina, lo que puede que ayude en la proliferación de microorganismos. Además, su resistencia ante roturas es menor que la de los cobertores opacos. Dependiendo de la zona en la que se encuentre tu piscina, es recomendable un tipo u otro de cobertor. Consúltanos sin compromiso.